Los pastores trashumantes han pagado como todos los años simbólicamente cien maravedís a las autoridades municipales de Madrid por el derecho de paso de 2.000 ovejas, que han recorrido varias calles del centro de la capital por donde discurría la Cañada Real, cumpliendo así con una norma instaurada hace seis siglos.
El pago, que también da derecho a pastar cuatro días en los alrededores, se ha efectuado en la Plaza de la Villa, en presencia de la secretaria general de Agricultura y Alimentación, Isabel García Tejerina, y del alcalde de la localidad pacense, Julián Vigara.
Turistas y curiosos no dejaban de disparar cámaras fotográficas y ni de grabar vídeos al encontrarse sorprendidos con cientos de ovejas caminando por delante de la Presidencia de la Comunidad de Madrid y la estatua de Carlos III en la Puerta del Sol; del Ministerio de Hacienda en la calle de Alcalá; o junto a la fuente de la diosa Cibeles, al lado del Ayuntamiento.
La trashumancia es una práctica inmemorial que consiste cada año en conducir el ganado desde las dehesas de invierno, en el sur, a las de verano, en el norte, y viceversa, según ha explicado García Tejerina.
De este manera se pretende dar a conocer en la ciudad esta costumbre, que aun se mantiene en algunas zonas del país, con gran importancia medioambiental y social en los núcleos de población rural.
La trashumancia es una práctica inmemorial que consiste cada año en conducir el ganado desde las dehesas de invierno, en el sur, a las de verano, en el norte, y viceversa, según ha explicado García Tejerina.
De este manera se pretende dar a conocer en la ciudad esta costumbre, que aun se mantiene en algunas zonas del país, con gran importancia medioambiental y social en los núcleos de población rural.
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